Pioneros inyectaron vida eterna a San Clemente del Tuyú

Nilda Ubieta tiene 80 años de los cuales 76 los ha vivido en San Clemente del Tuyú. Su padre residía en Parisini (Dolores), cuando decidió vender su tierra para mudarse frente al Mar Atlántico, rodeado de hermosos médanos, atardeceres especiales y mucho trabajo por hacer.

“Imaginate que para ir al colegio en época de invierno, donde había 15 días continuos de lluvia, lo hacíamos en lancha. Las niñas solo usábamos pollera y medias tres cuartos ¡imagina el frío!, y jamás nadie faltó a clases”, recordó Nilda, una mujer que siente cada momento de su infancia con intensidad y profundo agradecimiento a su padre, esposo y más de 200 familias pioneras que moldearon el barro de San Clemente para convertirlo en la primera localidad del Partido de La Costa Bonaerense.

Nilda describe a toda esa generación como una familia muy unida, sin importar la distancia de sus casas, siempre encontraron los medios y recursos para ayudarse entre sí. “El invierno en La Costa siempre ha sido muy duro, por eso los recuerdos que tengo más marcados de unión familiar entre pioneros se remontan a esos tiempos en que por las lluvias debimos quedarnos en casa sin víveres y siempre hubo quién en su lancha fuera hasta General Lavalle a buscar todos los insumos para luego repartirlos casa a casa, así éramos”.

Hoy, San Clemente del Tuyú es una ciudad balnearia y turística integrada al gentilicio argentino por sus amplias playas y calidez de los anfitriones que año tras año reciben a cientos de temporadistas, y aunque la generación de pioneros sigue viva, amando cada rincón de este lugar, “los descendientes más jóvenes no demuestran el mismo cariño y entrega por el pueblo que tuvimos los pioneros. Me encantaría ver más cosas, ver crecer a San Clemente, sin fábricas obviamente, pero sí quisiera verla más cuidada, limpia, arreglada, yo misma he organizado limpiezas de plazas con los chicos de la escuela, porque ahí es donde tienen que estar los esfuerzos para que no muera el legado que estamos dejando”, expresó Nilda.

¿Qué hacer?

En San Clemente del Tuyú no solo encontrarán personas enamoradas de la localidad que emerge del barro, también se disfruta de unos médanos hermosos que van y vienen con el viento, propiciando la vida de cientos de ecosistemas invisibles a los ojos y tan vivos que con solo cerrar los ojos puedes sentirlos con el alma.

También goza de un Muelle de Pesca ideal para quienes disfrutan de este deporte o sostienen su hogar con esta actividad económica.

El Faro San Antonio es otro de los lugares de visita obligada para los turistas, es el único faro en toda la Argentina que tiene un ascensor y cuyo principal atractivo es la imponente vista del río de La Plata y el Mar.

La Reserva Punta Rasa, cuna de cientos de aves playeras, uno de los monumentos Ramsar, y lugar especial para vivir, sentir e inmortalizar atardeceres impecables por sus vívidos colores.

Y para los amantes del camping, deportes acuáticos y demás existe la Tapera de López, lugar de amplia oferta para toda la familia, donde la vegetación, la fauna y el río se unen para hacer inolvidable cada visita.